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Los avances tecnológicos y la creciente incorporación de sistemas híbridos han logrado disminuir los consumos promedio de los vehículos, alcanzando cifras que eran impensables hace tres décadas.
A pesar de estos avances, la reducción del consumo de combustible sigue siendo beneficioso tanto para nuestra economía como para el medio ambiente. Por esta razón, compartimos algunos consejos que, aunque parezcan obvios, pueden ayudarte a ahorrar algo de dinero.
El lugar donde repostamos combustible
El lugar donde se realice el repostaje puede tener un gran impacto en el precio final del combustible. No todos los lugares tienen los mismos precios, ya que hay diferencias entre pequeñas ciudades y grandes urbes, y entre diferentes estaciones de servicio. Aunque estas pequeñas diferencias parezcan insignificantes, a largo plazo pueden tener un gran impacto en el gasto de combustible.
Afortunadamente, algunas estaciones de servicio están comenzando a ofrecer incentivos y descuentos a los consumidores para fidelizarlos y mantener su lealtad. Por lo tanto, es recomendable que los consumidores revisen plataformas como Gasogenio para estar informados sobre los descuentos en gasolineras, cupones y aplicaciones que ofrecen las diferentes empresas y ahorrar en combustible.
Evita los frenazos y los acelerones
La realización de aceleraciones bruscas conlleva una sobrecarga en el motor, lo que resulta en un aumento del consumo de combustible, ya sea en un vehículo completamente eléctrico, híbrido o de combustión interna.
Por lo tanto, es recomendable conducir de manera suave y prever posibles detenciones, como en semáforos o en tráfico lento. Este hábito puede permitir ahorrar hasta un 20% en el consumo de combustible, dependiendo del modelo de vehículo.
Apaga el motor si estás parado
La conducción urbana presenta diversos obstáculos, como semáforos, túneles y paradas inesperadas, que exigen mucho a los vehículos.
Para reducir el consumo de combustible en estos momentos, es recomendable apagar el motor y activar el freno de mano. También es útil tener en cuenta los atascos, especialmente en las entradas de las grandes ciudades, así como los lugares de estacionamiento temporal señalizados.
La presión de los neumáticos es muy importante
El neumático es uno de los componentes principales de nuestro vehículo, aunque a menudo no se le presta la atención que se debe. Además de ser vital para la seguridad, también tiene un impacto en el consumo de combustible del vehículo.
Es importante mantener la presión de los neumáticos en el nivel recomendado por el fabricante. Solo en condiciones de frío o cuando el automóvil esté cargado, es necesario inflarlos ligeramente más (+0,2 o +0,3 bares, por lo general).
Circular con neumáticos con una presión de aire inferior en 0,5 bares al nivel correcto puede aumentar el consumo de combustible en un 2% en áreas urbanas y en un 4% en las interurbanas.
¿Aire acondicionado o ventanillas bajadas?
A pesar de lo que se piensa comúnmente sobre el uso del aire acondicionado y su impacto en el consumo de combustible, en realidad su consumo depende de la velocidad a la que se circula. En este sentido, los vehículos que circulan a menos de 90 km/h pueden ahorrar combustible si se conducen con las ventanas bajadas. En estos casos, el uso del compresor aumenta la carga sobre el motor y, por lo tanto, requiere más combustible.
Sin embargo, si los vehículos circulan a 100 km/h o más, conducir con las ventanas abiertas aumentará el consumo de combustible. Esto se debe, en parte, a cuestiones aerodinámicas: el viento que entra en el interior del vehículo crea una resistencia que frena el coche. Como resultado, la velocidad disminuye y se necesita más aceleración para alcanzar una velocidad adecuada.
Mantener una velocidad uniforme
Si no disponemos de control de velocidad, es fundamental mantener una velocidad constante y uniforme en la carretera. Para lograr esto, es esencial buscar una circulación fluida, evitando frenar, acelerar y cambiar de marcha innecesariamente.
Para lograr una conducción más uniforme, también es importante anticipar nuestras acciones. Por ejemplo, al acercarnos a un peaje, podemos soltar el acelerador con suficiente antelación y permitir que el freno motor actúe primero, siempre que sea posible. Si es necesario frenar, es importante hacerlo de manera suave y reducir la velocidad lo más tarde posible, prestando especial atención en las cuestas en descenso.